06/01/2017
Las bandas y jugar con ellas y no en ellas, fue el cometido de este mes, el segundo de Gerardo Pelusso al mando de Independiente Santa Fe. A diferencia de sus primeros 30 días donde las áreas fueron el factor predominante, en agosto se empezó a ver un equipo y no una suma de individualidades que utilizó las bandas del campo de juego como principal recurso ofensivo. En total se jugaron 9 partidos –un promedio de un juego cada 4 días– con un balance de 4 triunfos, 4 empates y 1 derrota, con 12 goles a favor y 4 en contra. En la Liga Águila el equipo se mantiene en los primeros lugares, en la Copa Águila por su parte se jugó la Ida de los Cuartos de Final con un buen resultado pensando en la vuelta (3-0) y por último, en la Copa Suramericana, se avanzó en la primera fase vs Liga de Loja y a continuación se dio un importante paso pensando en acceder a los Octavos de Final del certamen tras vencer a Nacional de Uruguay en condición de visitante por 2-0.
Y es que parte de esta evolución nace a raíz de un par de calamidades que no estaban dentro de las cuentas de nadie. A mediados del mes, el equipo sufrió la baja de dos piezas absolutamente fundamentales dentro del funcionamiento del mismo. En primer lugar, Dairon Mosquera quien venía actuando como lateral izquierdo titular y siendo el ‘alero’ imprescindible para la actividad tanto defensiva como ofensiva de la banda izquierda y en segundo lugar, el enganche, el crack, el diferente: Omar Pérez. Estas dos lesiones, principalmente la del #10, obligaron al Profesor Pelusso a buscar alternativas y soluciones tácticas al clásico ya 4-3-1-2 y fue en el camino a ello que las bandas aparecieron como una efectiva y eficiente solución.
Antes de la lesión de Omar el equipo venía con su ya tradicional sistema con enganche, sin embargo, frente a las adversidades Pelusso tiro del plantel y encontró una vieja conocida sociedad entre Yulian Anchico y Sergio Otalvaro y en la cual Juan Daniel Roa, uno de los jugadores con mejor rendimiento en lo que va del año, entró perfectamente. En esta nueva versión, 4-4-2, el equipo se supo capaz de contrarrestar la baja del capitán, del referente y del jugador en el cual recae la función creativa del equipo y se sobrepuso no solo a la baja que futbolísticamente supone Omar, sino también a la mental y psicológica pues durante los últimos años, es el argentino quien recibe y aguanta toda la presión tanto dentro del campo, como fuera de él.
Sin embargo, esta versión del equipo con dos líneas de cuatro no fue el único camino que el estratega uruguayo utilizó para contrarrestar las bajas. Apelando al sistema táctico tradicional, con un “número diez”, fue Armando Vargas quien se desempeñó en esta posición pero sus actuaciones fueron un tanto irregulares, alternando buenas con malas, razón por la cual fue el 4-4-2 el modulo al cual se recurrió para los ‘partidos importantes’.
Sin importar el sistema táctico utilizado y como se venía comentando anteriormente, fueron las bandas las protagonistas durante este mes. Entre más abras la cancha, más profundo podrás llegar a ser y precisamente eso fue lo que logro Independiente Santa Fe. Volantes y laterales siempre estirando la cancha y siendo lo más profundo posibles. El excelente nivel de jugadores como Sergio Otalvaro, Yulian Anchico, Juan Daniel Roa, Luis Manuel Seijas y Dairon Mosquera (hasta su desafortunada lesión) permitieron que el equipo desarrollarla facetas ofensivas por momentos deslumbrantes, con constantes paredes y triangulaciones que permitían ganar la espalda de los marcadores rivales y gracias a la movilidad y llegada de efectivos al área rival el equipo conseguía vulnerar las defensas contrarias y mantener el promedio de gol de casi 2 goles por partido. Lo anterior muestra que el colectivo busca siempre una elaboración meticulosa de las opciones de gol y que la paciencia –sobre todo ante defensas cerradas– siempre ha estado presente. Muestra de ello, es que, durante este mes donde se marcaron 12 goles, 8 de ellos fueron producto de jugadas elaboradas y solamente 3 desde el punto penal y 1 tras una serie de rebotes tras una jugada de pelota quieta.
Por mejorar sigue estando presente el tema de que por momentos el equipo se nota y se siente muy largo y fragmentado. Las líneas por momentos no están compactas y trabajos como por ejemplo el de la presión en ¾ de cancha rival no es acompañado por todo el equipo, causando que los rivales puedan superar las líneas de presión fácilmente. Además, se podría mejorar en el mecanismo del primer pase y de la salida de balón, el cual por momentos se ve muy forzado llevando a que se tenga que recurrir a balones largos en busca del pivoteo del centro delantero y la velocidad de los delanteros por fuera.
Sumado a esto, el mes de Septiembre que se avecina supondrá varios retos para el equipo. En primer lugar se jugara el pase a las semifinales de la Copa Colombia y además se jugara el primer clásico capitalino vs Millonarios. Estos dos partidos deberán ser afrontados con varias bajas debido a las lesiones y a las convocatorias de 4 de nuestros jugadores a sus selecciones nacionales. Además, a mitad de mes, jugara vs Nacional de Uruguay el pase a Octavos de Final de la Copa Suramericana, el torneo internacional y gran anhelo de la gran mayoría de la hinchada.
Saber competir en ventaja y desventaja. Saber leer los momentos. Mantener la paciencia y sobretodo no escatimar esfuerzos, manteniendo una solidaridad entre todos los miembros del equipo fueron y son claves en esta versión cardenal del profesor Pelusso. Hubo partidos y pasajes de los mismos donde el equipo se vio totalmente superado por el rival, pero nunca perdió la compostura y supo interpretar esas situaciones que a la postre le permitirían acoplarse y desarrollar el juego necesario para ese tipo de momentos del juego. Siempre salió a flote la inteligencia, madurez y jerarquía que con el paso del tiempo este grupo de jugadores ha ido adquiriendo y a pesar de no jugar del todo bien no perdió los partidos y casualmente, fue en el último partido del mes vs Once Caldas cuando cayeron las 13 fechas de invicto en un partido donde, paradójicamente, no mereció perder.
“El que quiera espectáculo que vaya al teatro” solía decir Giovanni Trappatonni, uno de los Directores Técnicos que Pelusso siguió en su formación como entrenador. Hoy, Santa Fe difícilmente dé espectáculos y juegue ‘bonito’. En contraparte, da resultados jugando ‘bien’, porque jugar bien no es igual a jugar ‘bonito’ y eso lo tiene más que claro el Cuerpo Técnico y los jugadores. Es efectivo, práctico e inteligente y como bien decía Gustavo Costas, “ganar no lo es todo, es lo único” y mientras el equipo siga manteniendo esta línea los resultados seguirán llegando, obviamente teniendo muchas cosas por mejorar que confiamos, el excelente grupo de trabajo de Gerardo Pelusso corregirá con el pasar de los partidos. Tenemos material y recursos para seguir soñando y quien no esté dispuesto a hacerlo, con mucho gusto lo invito a que con empeño y entusiasmo asista a las mejores obras de teatro que estén en cartelera.
Por Diego Baquero (@DiegoBaco23)
“La Pizarra del DT”
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